
Los Eructos de las Vacas y Su Efecto
en el Calentamiento Global
El efecto del calentamiento global en la Tierra es un problema mundial y es necesario que todos tomen medidas importantes para reducir y controlar el calentamiento global. El clima mundial ya se ha visto gravemente afectado como consecuencia del calentamiento global, ya que los casquetes polares se derriten, el nivel del mar sube y las condiciones meteorológicas extremas se hacen más frecuentes.
El calentamiento global se define como el calentamiento de la superficie de la Tierra durante un periodo prolongado, según la definición de Climate.Nasa.gov, y es el resultado directo de las actividades humanas, concretamente de la quema de combustibles fósiles, que crean gases de efecto invernadero y atrapan el aire caliente dentro de la atmósfera terrestre.
Las vacas y el calentamiento global
El metano es uno de los cinco gases de efecto invernadero y una de las principales causas del calentamiento global. El metano procede tanto de fuentes naturales como de origen humano. Entre ellas, la liberación de metano por la descomposición natural de la biomateria, el cultivo del arroz, la producción de combustibles fósiles, el transporte y la ganadería.
La cría de vacas es una causa directa de la liberación de gas metano por parte del ganado, sin embargo, son los eructos de las vacas los que provocan una mayor liberación de metano, que la liberación de los intestinos.
A pesar de que el dióxido de carbono es un gran gas de efecto invernadero, el metano es más potente a la hora de atrapar el calor en la atmósfera y se difunde más rápidamente en el aire.
Las vacas tienen varios estómagos para poder digerir la materia vegetal, y durante la digestión de las plantas y la hierba, según la Comisión Europea, una vaca adulta puede emitir hasta 500 litros de gas metano al medio ambiente al día.
Investigación sobre los eructos de las vacas
Aunque las vacas no son las únicas responsables de la producción de metano, la cría de ganado vacuno tiene una escala considerable y, según la Comisión Europea, las vacas son responsables del 3,7% de las emisiones de gases de efecto invernadero que causan el calentamiento global.
Sin embargo, no todas las vacas liberan el mismo nivel de metano a la atmósfera cuando eructan. La investigación ha demostrado que las distintas vacas producen diferentes cantidades de metano, dependiendo de la cantidad de un determinado tipo de bacterias presentes en el tracto digestivo de la vaca.
El profesor John Wallace coordinó un proyecto financiado por la UE, titulado RuminOmics, que estudió cómo se desarrollan las bacterias intestinales en una vaca y cómo la dieta influye en el microbioma intestinal. El proyecto pretendía identificar qué raza de vaca y qué dieta producían menos metano durante la digestión y, por tanto, liberaban menos metano cuando la vaca eructaba.
Los resultados mostraron que es posible criar animales para que emitan menos metano, pero el proceso de cría llevaría mucho tiempo, mientras que el cambio climático necesita resultados más inmediatos. Por tanto, una solución más rápida sería un probiótico para el ganado joven, que cambiaría su microbioma intestinal y, por tanto, reduciría las emisiones de metano, como describe el profesor John Wallace en New Scientist.
¿Qué podemos hacer como consumidores?
Dado que los efectos de las vacas en el calentamiento global son causados directamente por los seres humanos, y la sobreexplotación del ganado, ¿cómo podemos, como consumidores, ayudar a reducir el calentamiento global?
Para producir carne de vacuno para el consumo, la cantidad de tierra que se necesita para criar ganado es 28 veces mayor que la que se necesita para criar aves de corral o carne de cerdo, esto también incluye más agua necesaria.
Por lo tanto, como consumidor, puedes reducir en gran medida el impacto de tu dieta en el medio ambiente si eliges consumir menos carne de vacuno y productos lácteos.
El calentamiento global es un problema causado por el hombre y sus efectos ya se están viendo en todo el mundo, con condiciones meteorológicas extremas como olas de calor, inundaciones y sequías, que han sido el resultado directo del cambio climático.
Se están llevando a cabo investigaciones y esfuerzos adicionales para abordar y reducir las emisiones de metano expulsadas por los eructos de las vacas. La investigación sobre la alimentación de las vacas ha sugerido que la liberación de metano puede controlarse mediante adiciones a la dieta, y los investigadores han experimentado añadiendo algas marinas, cáscaras de anacardo y orujo de café a la alimentación de las vacas.
A medida que se vaya sustituyendo el ganado por una raza de vacas que produzca menos metano, como se ha identificado en el estudio RuminOmics, podremos ayudar a reducir los efectos del calentamiento global cambiando nuestra dieta. Si reducimos la frecuencia con la que consumimos productos relacionados con la vaca, como la carne de vacuno, la leche y el queso, podemos ayudar indirectamente a reducir las causas del calentamiento global.
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